sábado, 10 de mayo de 2014

Canción de amor pero no a la persona.

Y deseo dejar volar mis pensamientos
cuando abro la jaula de mis adentros.
Sé que estás volando acompañada del viento
pero con una apariencia que no entiendo.

Quizás mi salto sea fruto de mi aburrimiento
pero sé que alcanzarte será incierto y lo siento.
Debo hacerlo. Me topé con un ciento,
mas cerca de ti encuentro lo perfecto.

¿Qué quieres que piense si eres inalcanzable?
Veo tu estela de que vuelas y jamás me echaste un cable.
Multiforme como la vida sin más preocupación que desbordarme
belleza como la tuya, sensación de dulzura inmejorable.

Y es que estoy así de atascado. 
Si te busco en la cara más bonita del bar.
Sé que ese no es tu lugar, y atacado,
me voy sin poderte encontrar y no entiendo
por qué será
quizás mi vuelo sea fruto de mi aburrimiento,
pero tan próxima estás que dejarte pasar
será seguir sufriendo.

Canción de amor pero no a la persona,
es al sentimiento que se encuentra en una zona
donde no alcanza más que el querer. 
Donde no basta el permanecer, sino el dejarse vencer.
Luchar por perder, sin importar si es amanecer o atardecer.

Dando vueltas cerca de mí con mil caras,
pero solo una es la que vale.
Estoy a nada después de desplegar mis alas.
Sigo adelante con alegría a pesar de mis males,
porque cuando me decida asiento mis cimientos
después de un camino de innumerables valles
aderezados con pimienta y sales.
Después de todo tenerte en mi mente no será un invento.
Después de todo, quizás tenerte no sea fruto de mi aburrimiento.


domingo, 20 de abril de 2014

Volar lejos de aquí.

Siento la necesidad de encontrar mi forma de ser. Nací y crecí con alas para volar, pero poco a poco esas alas se han convertido en pies descalzos para andar en caminos de gravilla. Caminos en los que duele cada paso. Pasos en los cuales cada piedrecita deja huella y queda incrustada dolorosamente. Piedrecitas las cuales caen solas al continuar andando. 
Un leve impulso de aire hacia arriba puede levantarme, y con esa pequeña brisa podré planear y, con suerte, batirlas y elevarme hasta donde nunca he llegado. Volar hasta donde me lleve el viento. Lejos de aquí.

jueves, 20 de febrero de 2014

Alboroto

Llegaron por la noche y ni siquiera los vi actuar. Estaban ahí sentados muy cariñosos conmigo, como si ninguna de nuestras anteriores trifulcas afectaran. Estaban cómodos, hechos a actuar según se había ido conformando nuestras relaciones. Algo de rencor en la reserva, pero todos tan amigos. Es sorprendente la capacidad de adaptación del ser humano incluso ante el conformismo y relajación con algo que va mal. El trabajo, la salud, la esposa, novia o hijos. Si perduran en mal estado durante bastante tiempo pueden causar un conformismo y creernos que hemos nacido para vivir en esas condiciones. No es cierto.

El caso es que ellos no paraban de mirar mal a partir de media noche, no sé por qué causa. Ni siquiera sé quién llevaba la razón por tantas discusiones tenidas anteriormente. Comenzamos a gritar y todo tornó a mal. Ninguno quería verse en peor situación que el otro. Pero entonces necesitaba salir de allí y tomar aire como fuese. Respirar lo máximo posible para volver a hacer amigo a quien fuese enemigo. Quería tomar aire para hacer elogio lo que había sido insulto. Quería pensar con tranquilidad como sentar a todas aquellas personas, en realidad, pensamientos de mi mente. Quería que todos ellos se abrazaran, se respetaran y amaran. Quería que la chica sentada en el medio que me miraba como si todo fuera mal, esa chica con tierno corazón y piel de cristal, comenzara a sentar a toda esa gente de ese salón. Quería que le dijera a todos ellos los motivos por los que me había ido y que todos construyeran una armonía nunca vista antes.

Armado de valor regresé, con las ideas claras y más motivado que nunca. Sabía exactamente cómo ordenar ese alboroto formado en mi corazón, ese salón trastabillado donde nunca había paz. Sabía crear esa paz. Sabía hacer que todo lo que existía en esa sala callara y poner a cada persona donde era su sitio para que estuvieran felices. La sorpresa fue llegar y no ver a ninguna de esas personas. Ni sofás, ni estanterías, ni mesas. En mi corazón solo quedaron sillas. Sillas vacías sin nadie que las ocupara.

miércoles, 8 de agosto de 2012

-(1/sqrt x)

Parezco loco pero te pueden impresionar la de cosas cuerdas que pasan por mi mente.
Cosas con sentido quizás fuera del alcance de como se hacen las cosas aquí.
La paz de un universo con amor donde se actúa pensando en el otro.
Tranquilidad, silencio, envasar al vacío palabras que sobran.
Jugamos a ser personas en un mundo de monstruos.
No quiero que me aceptes, quiero educación.
El mar, la montaña, sé tu mismo.
No quiero pasar pruebas.
Quiero amor sin odio.
Es orden y lógica
(solo a veces).
En tu camino
claro está.
Porque
este
soy
yo.

martes, 7 de junio de 2011

¡Al lio!

Yo solo sé que quiero tranquilidad. Poder pensar que tumbarme a mirar el techo es aprovechar el tiempo. Es más, que ni siquiera hubiera techo. Un cielo soleado, con nubes espumosas y suaves. Pero no. No es hora de pensar en ello. Porque se me pide abrir los ojos y mirar adelante. Prohibido evadirse.

Ahora tengo que estar atento a lo que se viene encima, atento a lo que está por llegar, porque un despiste equivale a un año en vano. ¡Al lio!

sábado, 7 de mayo de 2011

No sé

No sé donde estoy. No sé que hora es. No sé que día es, que mes, que año... No sé quienes sois ni quien soy yo. No sé como he llegado hasta aquí. No sé que hacéis ni que hago. No sé.
Quiero que todo sea como antes. Quiero jugar. Quiero descansar. Quiero no pensar.
Ahora todo ha cambiado y la verdad es que no estoy muy contento con todo lo que encuentro. Hay cosas que sí, otras que me desconciertan y sacan a mi cerebro de contexto. Hay gente que esa extravagancia me provoca una intriga que me plantea saber más sobre ellos, otras personas que sencillamente me cansan. Hay gente aburrida. Gente que merece la pena pasar cada segundo con ellos. Otras que vas evitando. Otras que te evitan. Es así.
No sé cómo sois, pero intento descubrirlo. No sé por qué os comportáis así de mal a veces y no sé por qué os comportáis así de bien a veces. Lo peor es... que ni siquiera sé donde voy.

domingo, 27 de marzo de 2011

Tú mismo.

Cuando se hagan grandes, se darán cuenta de que todo se va yendo poco a poco y al final... solo quedas tú mismo. Hoy no hay más que decir, solo que espero que vayan apareciendo cosas a medida que me voy yendo, aunque la melancolía de las primeras siempre quedan en el corazón.