domingo, 17 de octubre de 2010

Vida mía

Ahora escribo sin finalidad. Improvisando, sin saber lo que voy a escribir. Tan solo procuro que mi corazón se vacíe en estas líneas. No tengo ni amor ni odio. Incluso puedo describirlo como un odio al amor que me traslada a otro momento de mi vida. Pero no lo clasifico como un amor al odio. Ahora quiero mantener las cosas como están sin odiar nada ni nadie.  
Tengo miedo a todo lo que está por venir, al igual que tengo miedo de todo lo que dejé atrás. Muchos años han pasado desde que estoy viviendo y nunca me doy cuenta de que el tiempo pasa, insultante y burlesco. Se zafa de mí como si un ladrón a un policía esquivase. Tantos segundos que pasan y yo perdiendo mi tiempo. Estoy perdiendo mi tiempo. ¿Cómo? Nada. No hay respuesta. Estudios sin valor moral. Amores equivocados. Amores que no me llegaron. Amores indecisos. 
No puedo parar. En este momento de la recta no puedo parar. Debo seguir porque estoy construyendo mi vida con el aliciente de que algún día podré descansar a pensar realmente lo que estoy haciendo, lo que no he hecho y lo que debería hacer.
Vida mía que sigues tu camino. Guía a mi cuerpo, porque éste viaja sin destino.