Lucha encarnizada entre mi conciencia y mi dignidad, porque gana SIEMPRE mi conciencia, hasta que se topa con un instante en que la dignidad le hace frente. Hay cosas que mi dignidad no puede permitir. Demasiados golpes a la misma zona, y ya sé defenderme y hacer que la conciencia no pueda conmigo. No me lo merezco.
Así que me quedo resistiendo el temporal mientras pueda y vea que no se aplaca mi dignidad, para dejar que mi conciencia me gane. Hasta entonces, toca resistir.
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