domingo, 6 de junio de 2010

Plantas y piedras

Una vez que estoy en lo alto de la montaña me doy cuenta que mi sola presencia es insuficiente para disfrutar del momento. Necesito de compañía. Gente que escuche las anécdotas de la historia de como escalé la montaña, ascendí a lo más alto y respiré el aire de la pasividad y la indiferencia. Bajé y busqué compañía.

GRAN ERROR.

Si subí hasta ahí arriba para alejarme de todo este dolor y sufrimiento era para estar sólo. Estar sin nadie. Sin problemas. Sin disgustos. Sin pensamiento. Solo tenía que mirar las nubes, el cielo azul despejado de problemas y de agobios. Una visión sin pensamientos. Pero el gran error me llevó a traer lo de abajo, hacia arriba. Y así se unieron a mi un grupo que ya se solía unir allí abajo.

¿Que cuál es el problema? Que ahora tengo el mismo alrededor, los mismos problemas, el mismo barullo y las mismas dificultades. Ya casi no se ve el cielo. Y hay tanto lio aquí arriba que no se puede ver el cielo siquiera, y con ello no hago más que pensar. Ahora no hay ninguna montaña más alta a la que escalar.

Solo quiero paz, tranquilidad y que os matéis ahí abajo. Pero por favor, que mi alrededor sean solo plantas y piedras, que no se muevan ni dañen a nadie.

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