Lo dije. Fui tonto y acepté mi futuro, y ese futuro llegó; y para ser sinceros, lo esperaba más emotivo. Quizás no puse de mi parte para ello, pero cuando alguien quiere hacer algo bien y sabe hacerlo, lo hace y punto. Así que no se hizo como yo pensaba. Bueno...dejo de liaros hablando de mis cosas porque sé que no estáis entendiendo nada y yo, sinceramente, creo que me estoy perdiendo un poco.
Resumen. Como decía Queen en Bohemian Rhapsody: "Easy come, easy go", o Guns N' Roses en November Rain: "lovers always come and lovers always go". Lo que fácil vino, fácil se va. Esa es la historia y se merece un "amén" como un templo. Así que si algo os ha venido fácil, yo que vosotros no me fiaba demasiado. Yo no volveré a hacerlo. Y como acaba el refrán: "fácil se va", y es que se va y no vuelve. Ya lo hizo (de ahí ese sabor agridulce) y no resultó ser un regreso como quien dice.
Salto a otro asunto. Los amigos no se dicen, se ganan. No se puede ir por la vida diciendo "yo quiero ser tu amigo". O se es amigo, o no se es, por muchas intenciones que se tengan. Si se quisiera ser amigo de verdad, el trato sería de cuando ves a un amigo por la calle y te paras a hablar con él, no el de que te da largas. Si se quiere ser, te aseguro que te esfuerzas. Pero eso del esfuerzo es subjetivo.
Son las 5 y poco más de la mañana. Tengo un partido de baloncesto a las 11 y media. Así que os dejo y como es típico la canción del estado de ánimo, para los que la entiendan. Siempre quedarán esas letras traducidas. Y la frasecita, que es algo que debería ser, pero no ocurre:
Nothing Really Matters to me
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