lunes, 22 de marzo de 2010

Live and let die

¿Habéis visto ese capítulo de Los Simpsons en el que tratan de hacer una pirámide todo el pueblo para el record guinness de la pirámide humana más alta? ¿Esa que la empiezan a hacer y al final acaba Homer trepando como un héroe hasta que llega a lo más alto y levanta a Maggie para batir el record? Luego esa pirámide tan alta se cae y hacen una bola humana la cual va arrastrándose por toda la ciudad hasta que se desmorona entera. ¿Os acordáis ya? Pues básicamente así es como me parece la vida.

La filosofía de vida es ir alto. Llegar a lo más alto. Ser más alto que nadie. Ir ascendiendo en la escala de la satisfacción. Pues bien, esto lo encuentra la mayoría de la gente. El cielo es accesible a todos en cualquier momento puntuado de la vida en el que seamos buenos, bondadosos y caritativos. Como citaba Platón, hay dos maneras de llegar a la idea suprema del Bien: ir ascendiendo por el conocimiento del mundo inteligible y otro, alcanzar el amor. Ya lo decían Lighthouse Family (por cierto gran canción "HIGH"): "you will always keep me flying high in the sky of love".   Ese es el cielo que podemos conocer en vida.

No obstante, aludo la pirámide porque Newton avanzó científicamente en el efecto que producía la gravedad. A él se le cayó una manzana en la cabeza y a mí se me ha caído el peso del amor, el romanticismo, el esfuerzo por conseguir que algunas cosas de la vida sean tuyas, mas es para nada. Por más que le des patadas a un balón para que no caiga al suelo...en algún momento se te caerá. Se caerá como la pirámide. Podrá aguantar más o menos, pero se cae todo. Y al final todo acaba en el suelo, tú acabas arrastrado como esta pirámide y no puedes levantarte. Eso pasa siempre, y te pasará a ti también.

En mi caso no me he caído sólo. Monté una pirámide y quedamos en caer juntos. Cuando caía al suelo los demás componentes me dijeron que también se estaban cayendo, y les creí. Yo miraba al suelo y no vi como caían. Pero en realidad caían suavemente en paracaídas. Cuando me estampé y estaba moribundo todo cayó encima mía con la fuerza de la gravedad con botas de tacos. Y al final, se limpió las botas en mi pecho como quien se limpia los zapatos en un felpudo a la entrada de una casa.

Me di cuenta que no podía seguir arrastrado. Me tenía que levantar, y llegar de nuevo al cielo. Pero esta vez he aprendido la lección. La pauta a seguir para llegar y no sufrir es llevar paracaídas. Es vivir tu vida sin gente que te haga daño. Por más que los quieras. Debes poner un punto en el tiempo en el que decidas abandonar y no volver a mirar atrás. Vivir y que la gente muera. Vivir y dejar morir.

Como dijo en su día en sus canciones Paul McCartney:
Live and let die

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